Iniciación al fuego, iniciación a la poesía
Por Julio César Félix (Torreón, Coahuila)
He aquí que soy poeta y mi oficio es arder...
Efraín Bartolomé
Efraín Bartolomé
Comentaré sobre el primer hijo de papel de un joven poeta sudcaliforniano, motivo de sobra para celebrar, pues el canto y la poesía son ya celebración; que vean la luz editorial, presentarlo al público y comentarlo aumentan los motivos.
Podríamos comenzar, hablar de los elementos fundamentales que componen al universo: la tierra, el aire, el agua y el fuego… podríamos comenzar hablando sobre la poesía, sobre el mismo fuego, sobre las iniciaciones. Pero mejor dialoguemos con la poesía que contiene el poemario que hoy nos ocupa: Iniciación al fuego, de Raúl Cota Álvarez (La Paz, BCS, 1979).
El libro está dividido en cinco partes o estancias poéticas: 1. Cuaderno de lumbre. 2. Ciudad en llamas. 3. Hoguera en el cuerpo. 4. La llama de una vela. y 5. El fuego en todo. Salvo la última parte, que describe al fuego pero a través del agua, las demás estancias son versos encendidos; me refiero a que una primera virtud de este libro es su unidad; desde el principio el poeta ve, contempla, cito:
El incendio en la blancura…
Ese reto inigualable del escritor de tener la hoja en blanco frente a sí, en este caso el poeta ya ve el origen del fuego, de la creación, de la poesía, en la blancura de la página.
De esa misma parte, otra metáfora que me resulta muy bien lograda en belleza y en calidad expresiva es:
Todo es flama que cae apenas En la blanca llaga del silencio.
La segunda parte del libro “Ciudad en llamas” es más reflexiva, aquí el poeta que se inicia en el fuego, en la magia poética, dice:
El espejo nos revela / que la nostalgia es infinita.
Siempre recordamos y recordaremos lo que nos causa alegría o dolor; vía de conocimiento para algunos, motor creativo para otros… además el poeta se ve a sí mismo y logra esta imagen contundente:
Aquel que soy ya va muy lejos.
Quien se inicia en este fuego siempre va delante de sí mismo. Nunca logra alcanzarse. Hay visión, riesgo, abandono.
“Hoguera en el cuerpo”, tercera parte del libro; transmutación del erotismo.
Otra cualidad de Raúl Cota Álvarez es la habilidad para sugerir sensualmente imágenes eróticas, sutiles, con distintos grados de quemaduras. Ejemplo:
Una llama albina, Idea nocturna de tu vientre
O
La paciencia Se esfuma de la cima de tus senos…
“La llama de una vela”, breve homenaje a al filósofo de las ciencias y de la imaginación Gaston Bachelard nos describe poéticamente la posibilidad de creación a partir de la llama de una vela, el origen de la imaginación, entonces encontramos versos contundentes como
Ajena al ególatra palpitar del sol o El sueño y la llama son fruto de la misma hoguera.
En la última estancia me quedo con la siguiente imagen que trasluce cómo otro elemento, cómo el aire está presente en el fuego que aquí se nombra:
El viento Va dejando lento El frío beso de su eco.
Intenté hacer un brevísimo paseo por cada parte que compone este poemario que merece a todas luces ser leído, tratando de estimular el oído o vista, o ambos, del lector con las bellas imágenes citadas.
Esta noche ha nacido el fuego. He aquí a un poeta que ya se inició en la bendición del aire, de la tierra, del agua y del FUEGO, en fin, de la poesía y la vida misma. Habrá que dar una visita a este ritual verbal en llamas.
0 Response to "Libros"